HISTORIA DOCUMENTADA DE VILLA SORIANO

Este blog difunde el libro "Los Indios Mansos de la Banda Oriental -Santo Domingo Soriano, documentada", autoría de Wilde Marotta Castro y publicado en 2001. Más de veinte años de investigación y basado en documentación queda confirmado plenamente que Villa Soriano inició su proceso fundacional en 1624, siendo la población más antigua de Uruguay y que siempre estuvo asentada en territorio de la República Oriental del Uruguay. También aportamos nueva documentación. Puedes acceder al libro en www.villasoriano.com .

miércoles, 28 de junio de 2023

LA LEYENDA DE NÁM NÁDO, LA NIÑA CHANÁ, POR BLAS JAIME


LA LEYENDA DE NÁM NÁDO, LA NIÑA CHANÁ - Diario "Crónicas"

LA LEYENDA DE NÁM NÁDO, LA NIÑA CHANÁ

El siguiente es un relato de Blas Wilfredo Omar Jaime que nos lleva a aprender costumbres de la Nación Chaná y su lengua. Blas (foto), residente en Paraná, Entre Ríos, es hijo de padre y madre chaná. Guarda en su memoria la cultura de su pueblo, se comunicaba con su madre en lengua chaná. Esta Nación, que habitó la actual provincia de Entre Ríos, también tiene su presencia en Soriano y las islas del río Negro desde hace dos mil años, según estudios arqueológicos.

AMARÍ DÚL (LAS MARIPOSAS)

En tiempo muy lejano habitaban en esta ndorí (comarca) aborígenes de raza ya-ñá (chaná). Sobre las tarú (barrancas) de lo que actualmente es el parque General Urquiza de Paraná había un dananát (poblado) con numerosos habitantes que vivían de la caza de nbalatá (animales) que abundaban en la zona, especialmente en el monte que rodeaba el lugar y en las beáda-ó atá tavoré (islas vecinas); y de ñá ichí (pesca) en el atamá (río). Recolectaban n-igué (frutas), uví (raíces) e ití uuy (miel silvestre); sembraban luur (maíz), catí (papa), tuní (calabazas y zapallos), n-ormá (porotos) y catí nádo (batatas).

Tijuiném, su dios, y la buena Beáda-o (madre grande) les daban vida y sustento viviendo libres y felices. 

Formaba parte de una de estas opatí (familias) una adá-é (niña) muy buena y cariñosa, no (reé) gilí (sólo) con los miembros de su familia: amaba y cuidaba los animales y plantas. Jugaba con sus mascotas, un butú ldór (saltón-sapo cururú), que la seguía como un perrito, y un carpinchito sin madre llamado Ianá-é (Gordito). Curaba los animales lastimados o noemé (enfermos) y enseñaba a los otros niños a no hacerles daño. Por ser tan buena le dieron el nombre Nám Nádo (Mano Dulce – caricia). A los niños aborígenes no se les daba nombre cuando nacían como ahora se usa. Eran vanatí ug… (hijos de...) y el nombre de su tijuí (padre); sólo luego de mostrar su carácter, virtudes o defectos, o por algún rasgo físico tenían nombre propio, el que en el uelcaimár (futuro) podía cambiar. Mano dulce, con una de sus nchalá-á (hermanitas) de nombre Yilá Tapéy-é (sonrisa) que como ella, amaba las flores, cultivaban un pequeño jardín cerca de su danán (casa) protegiéndolo con un cerco de ruté terrí (plantas espinosas) y pasaban en él todo su tiempo libre, que no era mucho: los niños aborígenes de ambos sexos debían ayudar a sus padres en los quehaceres domésticos y aprender algo útil todos los días de su vida, a defenderse de los animales feroces, perros cimarrones, pumas y del yaguareté que prefería cazar niños, quizá por resultarle más fácil que buscar animales. Además debían saber andar en silencio, conocer los alrededores y cada lumí (refugio) preparado por los mayores generalmente en un vanatí beáda-ó (hijo de la tierra, árbol) de tupido follaje, para el caso de ser atacados por tribus enemigas mientras sus padres y hermanos mayores luchaban. Aprendían a manejar las antú (armas) y a los diez años aproximadamente, porque no conocían el calendario, ya podían cuntaí (luchar), también sabían sobrevivir solos en el danán vedetá (monte-casa verde le llamaban porque se sentían en él como en su casa) y encender yoguín (fuego) frotando trozos de madera. Los niños andaban acompañados de su agó (perro) ya que cuando nacían les asignaban uno y aprendían a nderé (caminar) apoyados en él, debiendo alimentarlo y cuidarlo.

Una mañana que Mano Dulce limpiaba su jardincito fue mordida por una nboé ñá (víbora ponzoñosa), tové ñá (muerte bonita) le llamaban a la coral por sus colores vistosos, de veneno mortal. La niña, sabiendo que moriría rogaba que la enterraran entre sus queridas flores, pero las normas –costumbres de su pueblo no permitían que ningún cuerpo muerto fuera enterrado, por respeto a la Beáda –ó (madre grande) y los niños sin excepción debían ser colocados en su utaí-é ug utál (canoíta de descanso) hecha por su padre, de juncos, y depositada en un árbol del monte lo más alto posible para que su ancát-é (almita) volara hacia el dananát ug ugá mirrí (caserío de las estrellas) donde sería un estrellita más. Recién pasadas nám aratá nvolé (cinco lunas grandes) aproximadamente sus familiares podían recoger sus huesitos en un ntéla (cántaro de cerámica) y enterrarlos. Tijuiném, el buen dios de los chaná, escuchó los ruegos de la niña moribunda y para complacerla hizo que las flores de su jardín volaran rodeando su camita y que luego la acompañaran en su descanso. Desde entonces existen las amarí dúl (flores voladoras), las multicolores y bellas mariposas”.

jueves, 15 de junio de 2023

ORDOÑANA Y VILLA SORIANO - LENGUA CHANÁ


 

ORDOÑANA Y VILLA SORIANO - DIARIO CRÓNICAS

ORDOÑANA Y VILLA SORIANO

La fecha 1624 viene de la historia misma, de los documentos de la época del gobernador Francisco de Céspedes. Ya el propio historiador oficial de la Compañía de Jesús, Padre Pedro Lozano (1697-1752), dejaba asentada esta fundación, corroborada por los documentos existentes en el Archivo General de Indias de Sevilla y Archivos Generales de la Nación, tanto de Uruguay como Argentina.

La historia fundacional de Villa Soriano no tiene enigmas, es única y documentada, siempre vivió en tierras orientales. En 1957, en la aprobación del Escudo Municipal de Soriano, nadie discutió esa fecha.

Aparece en la historia la figura del vasco Domingo Martínez Ordoñana (1829-1897), fundador y presidente de la Asociación Rural del Uruguay, propietario de la famosa estancia Ordoñana en suelo sorianense y quien recibiera a Juan Manuel Blanes para pintar en óleo el histórico desembarco de los 33 Orientales.

También Ordoñana publicó en 1883 “Conferencias sociales y económicas de la República Oriental del Uruguay con relación a su historia política”.

No compartimos con Ordoñana algunos datos sobre la fundación de Villa Soriano aunque él también respetó la fecha 1624. Fue quien manejó el 4 de junio como día de fundación pero no es real pues Francisco de Céspedes llega como gobernador de Buenos Aires en setiembre 1624 y es quien motiva la fundación de reducciones en tierra oriental.

Pero sí es cierto que Ordoñana reunió documentos relativos al Cabildo de Villa Soriano. “Allí existió un archivo riquísimo que fue lanzado al viento en 1846 cuando el coronel NN asaltó aquella población. Aquel archivo, dispersado en todas direcciones, lo reunió el señor Villalba dos años después con motivo de ser nombrado autoridad superior del departamento de Soriano...”

Ordoñana menciona 1624, a los chanás en “su habitual morada” y “30 años después de refundada Buenos Aires” y con esto último coincide con lo dejado escrito por el Cabildo de SDSoriano, por Dámaso A. Larrañaga y por Andrés de Oyarvide.

No sólo el incendio producido en casa del corregidor José de San Román provocó la pérdida de documentos de Villa Soriano sino también la Guerra Grande.

Ordoñana publicó la correspondencia que mantuvo con Eduardo Fregeiro, Tomás Villalba, Hipólito Marfetán y Carlos Gramond.

Fregeiro le escribe desde Mercedes el 4 de enero de 1857: “le mando el cajón con los papeles viejos de Soriano que le prometí... don Germán Plaza, siendo Alcalde ordinario, hizo un desparramo así es que no sé que rumbo tomarían otros papeles que vinieron de Soriano”.

Ordoñana escribe a Villalba: “... habiendo usted tomado posesión del cargo de autoridad superior de Soriano, encontró usted el archivo de aquella histórica población desparramado en las pulperías...” Villalba le contesta el 3 de julio de 1883: “el hecho que me recuerda es perfectamente exacto. Recuerdo que el señor don Sebastián Britos restituyó a la autoridad civil todos los documentos y papeles que se habían recogido... (papeles) que fueron explotados sin piedad después de la guerra, por los compiladores de noticias históricas y muy especialmente por la nube condensada sobre aquel departamento, de los interesados en asuntos de tierras pertenecientes a la extensa y rica jurisdicción del extinguido Cabildo de Soriano...”

Marfetán responde a Ordoñana el 4 de agosto de 1883: “no existe nada del antiguo archivo pues los restos salvados del naufragio de la Guerra Grande que terminó en octubre del 51 fueron llevados a Mercedes... ignoro si existen los preciosos pergaminos a que usted hace referencia pues según nos ha referido don Raimundo Viejas, un negro llamado por apodo Buceta, esclavo de doña Carmen Britos, madre de don Sebastián, fue el inmolador de la mayor parte de los expedientes que robaba y vendía en las casas de negocios para envolver yerba y azúcar...”

La imagen es tomada del libro, lo que le escribe Carlos Gramond.

Martínez Ordoñana fue un emprendedor, siendo vasco de nacimiento y llegado niño a Uruguay se interesó y demostró afecto y respeto por la tierra que lo recibió. Fue protegido por Juan Antonio Porrúa.

También recibió a José María Iparraguirre, el bardo del Gernikako Arbola, pariente pero distintos en su manera de encarar la vida.

LENGUA CHANÁ

Es de orden conocer la cultura chaná. Conocer su lengua.

Unicá ugé tató-eé uá itál aá Tijuiném

Tijuiném, tijuí ug opá chaná udé unicá ugé tató-eé uá itál itití reé noemé, udé ará ipír retá ugé, udé besúy nvolé ocó itaí ugé Beáda-ó itaí uá ngán oblé vanatí, oblé tijuí, oblé cuntaí.

Oración a Tijuiném (Dios de los chanás) por el niño que nace.

Tijuiném, padre de todo chaná. Salud por el niño que va a nacer vivo, te agradezco por él, pido tiempo para él, tierra para poseer, que sea buen hijo, buen padre, buen guerrero.


sábado, 10 de junio de 2023

LOS CHANÁS Y LAS FRONTERAS DE SORIANO - 1698


LOS CHANÁS Y LAS FRONTERAS DE SORIANO - PUBLICADO EN "CRÓNICAS"


        LOS CHANÁS Y LAS FRONTERAS DE SORIANO

El departamento de Soriano se crea en 1816, sus límites río Negro al norte, arroyo Grande al este y río Uruguay al oeste. Casi cien años antes el gobernador de Buenos Aires Bruno Mauricio de Zabala adjudica tierras al Cabildo de Soriano y sus límites norte, este y oeste son los mismos que los de 1816. Al sur el Cabildo administraba las tierras hasta el río San Salvador, arroyo Maciel, laguna de los Chanás. Hoy nuestro departamento se extiende más al sur.

Según los libros del Cabildo de Soriano fue Bruno M. de Zabala quien ordena el traslado de Santo Domingo Soriano desde isla Vizcaíno a tierra firme. Los chanás habían colaborado en la expulsión de franceses en el sur del país. El traslado al sur del río Negro demuestra la actitud posterior de Zabala.

La fecha de fundación de SDSoriano es 1624 por la llegada de la orden franciscana a fundar iglesia y hemos también escrito que en el respeto a la nación chaná, habitante milenaria de la zona, la fundación como tal podría remontarse a muchos años antes. Respetamos la fecha 1624 pues consideramos que es el pueblo de SDSoriano el dueño legítimo de su historia y por ello celebrará sus 400 años.

EL LITIGIO CON ESPINOSA

Existió un litigio entre el Cabildo de Soriano y Julián Gregorio de Espinosa comenzado 1775. Para el Cabildo Espinosa había ocupado tierras que no le pertenecían y habíase apropiado de ganado. Espinosa haría sus alegaciones en un largo proceso y en donde los documentos llegan a historiar el conflicto. Las tierras estaban entre Cololó y el arroyo Grande. Es aquí donde aparece un hermoso documento que no sólo confirma lo que son los antecedentes limítrofes del departamento de Soriano sino la presencia de la nación chaná defendiendo su tierra, la sorianense. Las tierras en disputa habían sido históricamente ocupadas por los chanás “de cuio tiempo asta el presente lo han conserbado” (1698-1775).

“El año de 1698-1699 consiguieron los Naturales de Nacion chana, en dos funciones que tubieron con los Indios Charruas y Minuanes, dueños en aquel tiempo de todas aquellas campañas, el expulsarlos y quedar emposesion delos terrenos que hoy manifiestan los titulos que tienen presentados. Concluida aquella campaña y conseguida la victoria, se poblaron con sus familias el año de 1699, decuio tiempo asta el presente lo han conserbado, como … defendiendose no solo contra los infieles, sino tambien contra los Portugueses como consta por los Documentos que obran en la secretaria deste Sup.or Govno y en particular cuando se echaron los franceses de Maldonado”

Es así que el Cabildo de Soriano justifica sus alegaciones haciendo mención a su historia de posesión de tierras relacionada con la lucha de la nación chaná y considerándolas como tal aún antes que Zabala se las adjudicara. Hablamos de 1698 cuando SDSoriano estaba en isla Vizcaíno y es un documento más, entre tantos que hemos presentado, que no sólo vuelve a anular la hipótesis entrerriana de fundación sorianense sino que confirma y es armónico con los sucesos de entonces.

Chanás, pueblo endogámico, en guerra contra charrúas y minuanes en 1698. Hace poco tiempo escribíamos en Crónicas que las mujeres y niñas chanás huyeron a nado “a otra isla” en 1701 como precaución ante un ataque (recordemos que las islas Vizcaíno y Yaguarí fueron su habitat y en la manera de ser del pueblo chaná de cuidar la tierra podían moverse, se refugiaban las mujeres en otra isla conocida y natural para ellas). Los prisioneros del enfrentamiento del Yí (febrero 1702) dijeron que tenían un trato con los portugueses para atacar SDSoriano. Todo está en armonía con la historia. No existe ninguna duda de la ubicación oriental de SDSoriano pues la actual Entre Ríos no era tierra en disputa entre Portugal y España.

Por lo tanto nada es por casualidad. La creación del departamento en base a las tierras otorgadas por Zabala y en armonía con las tierras conquistadas por los chanás. Al final todo nos conduce a la noble nación chaná.

Con José Artigas se crean los primeros departamentos, entre ellos Soriano. José Artigas vivió en Santo Domingo Soriano.

1816 sí, pero con antecedentes que siempre nos terminan conduciendo a Santo Domingo Soriano. “La mayoría de los pueblos existían antes de su fundación oficial” (Cansanello)... hay departamentos que existían antes de su fundación oficial.


 

miércoles, 7 de junio de 2023

EVANGELINA JAIME, GUARDA MEMORIA DE LA NACIÓN CHANÁ

Entrevistamos a Evangelina Jaime, mujer guarda memoria de la Nación Chaná. Para conocer costumbres, cultura, creencias del pueblo chaná. El enlace bajo la foto de Evangelina te lleva a Diario "Crónicas" de Mercedes, Soriano, Uruguay, medio donde fue publicada la entrevista. 




                                    GUARDA MEMORIA DE LA NACIÓN CHANÁ

Legítima y hermosa herencia la de Soriano es su nación chaná, habitante y defensora de su tierra. Nación que nos da una historia maravillosa, fundadora de la población más antigua del país que ha sido cimiento económico, administrativo, social, cultural de Uruguay.

Somos sorianenses, gentilicio que viene del legado de Santo Domingo Soriano, pueblo indio chaná y también nos llaman chanás pues ellos habitaron nuestra tierra y la quisieron, la defendieron hasta en la batalla, la administraron, la cuidaron.

Nos vamos a San Benito, Entre Ríos, allí vive Evangelina Jaime. Defiende y enseña la cultura chaná y su lengua. Le preguntamos sobre la vida cotidiana, costumbres, creencias del pueblo chaná. Su padre es Blas Jaime, último hablante chaná aunque ahora con las enseñanzas de Evangelina la lengua se mantiene en ella y sus alumnos. Evangelina recuerda a su abuela Ederlinda Miguelina Yelón (Opé Velá en chaná, significa Morocha), quien se comunicaba con Blas en la lengua de sus ancestros.

Entre Ríos, al igual que la otra margen del río Paraná en Buenos Aires y Santa Fe, el delta del Paraná y nuestra tierra soriana como las islas del río Negro son tierras chanás. Nos hermana una lengua y cultura que hoy lucha por mantenerse, nos hermana una nación digna.

Estudiar la historia de SDSoriano lleva a relacionarse con la nación chaná y para comprender mejor los documentos y sus historias es de orden comprender la manera de ser del pueblo silencioso. Honrosa distinción para los sorianenses que nos llamen chanás.

¿Se respetaba a la mujer en los pueblos chanás?

Evangelina: “La mujer chaná era sumamente respetada, hasta el grado que no se las lastimaba ni en su primera relación sexual. Esto debido a que antiguamente fue un matriarcado pero por alguna razón las mujeres dejaron de estar en el “poder” y los hombres pasaron a ser quienes asumieron el rol de proteger al pueblo pero en ese acuerdo que hicieron se les permitió a las mujeres elegir qué cosas debían respetar los hombres. Así que fue la de no lastimarlas de ninguna manera y que la mujer de cada familia “superior” fuera quien llevara el legado de la historia sin excepciones”.

¿Un recién nacido era más bien un hijo de la comunidad que de sus propios padres?

“Un recién nacido era por supuesto hijo de sus padres, quienes lo protegerían hasta con la muerte. Aquí debemos hacer una aclaración con respecto a la explicación que se dará más adelante. Los hombres que ya estaban listos para “atarse” (casarse), debían buscar en otro pueblo chaná a la que sería su esposa, las familias de ambos muchachos debían estar de acuerdo y luego podían “atarse”. Cuando esto sucedía la mujer casada debía vivir en el pueblo de su esposo, por lo tanto los hijos de esa pareja pertenecían a ese pueblo y no al pueblo materno. En caso de que él o los padres fallecieran, quien debía hacerse cargo de los niños nacidos en ese pueblo era el abuelo paterno. Si por avanzada edad o por problemas de salud este abuelo no podía cuidar sus nietos, la responsabilidad pasaba a un tío. Sabemos que los chaná tenían muchos hijos, así que eran familias muy numerosas, por eso siempre había quien cuidara de esos niños. Si la madre abandonaba el pueblo de su esposo por quedar viuda, ella debía volver sola al poblado de origen, no podía llevar sus hijos consigo ya que esos niños eran considerados “hijos del pueblo”.

¿Cómo se ponían nombres los chanás?

“Los chaná no tenían un nombre escogido para sus hijos antes de nacer, como sucede en la actualidad. El niño debía mostrar habilidades o defectos con los cuales sería nombrado con años avanzados de edad. Hasta conseguir su nombre eran considerados hijos de… y el nombre de su padre. En chaná nombre es “yulíc” que significa apodo, por eso no tenían un nombre al nacer. Con el tiempo, hombres y mujeres podían cambiar su yulíc si el que tenían no les gustaba o ya no los representaba”.

¿Tenían muchas palabras en su lengua? ¿Se apoyaban con gestos?

“Sí, tenían muchas palabras, palabras de lo que los rodeaba. Pero esto al ser oral y con la llegada inminente de los españoles los chaná se fueron silenciando para salvar sus vidas y estas palabras quedaron en el olvido. Una mujer guarda memoria chaná debía recordar la historia y la lengua pero también debía vivir una vida a la que no estaba acostumbrada, a hablar español y a seguir costumbres que no eran las de sus ancestros y por esto se fueron perdiendo muchas palabras. Se apoyaban con gestos porque era un pueblo silencioso. En un ataque el menor ruido podía delatar su posición y así quedar expuestos, por eso se manejaban mucho con señas y gestos hasta llegar a eliminar palabras ya que con un simple gesto lo decían todo. Los niños desde pequeños sabían los gestos que sus padres les hacían para determinadas actividades, como esconderse en el monte, hacer silencio, entre otros”.

¿Qué significaba la noche?

“La noche para el chaná significaba tiempo de descanso. Tijuiném, su dios, les tenía prohibido deambular durante la noche. Así que ellos obedecían y solo los guerreros que hacían guardia para vigilar los bordes de los poblados podían deambular durante la noche, el resto debía permanecer en su poblado. La luna, que para los chaná era el hijo del sol, los vigilaba durante las horas nocturnas”.

¿Su relación con el sol y la tierra?

“Eran seres que estaban sumamente conectados con su entorno, la madre tierra “Beáda-ó” Madre grande para el chaná era quien les había dado la vida con su cuerpo (la tierra) y la sangre (el agua). Sabían que habían sido creados por su dios del barro, ellos y todo a su alrededor. El sol era quien los vigilaba en el día, puesto ahí por Tijuiném y también les daba calor, luz y vida a todo lo que los rodeaba”.

¿Cuáles eran sus creencias?

“Antiguamente fueron politeístas pero a medida que avanzaban por el continente americano se fueron despojando de esos dioses hasta quedarse sólo con uno, Tijuiném, que significa “nuestro padre espíritu” hijo de otros dioses, que fue enviado a este planeta que estaba vacío para poblarlo. Los chaná sabían que habían otros seres humanos en la tierra pero sólo a ellos los había creado Tijuiném. Su dios había puesto todas las plantas y animales para que pudieran vivir felices en la tierra. A todos los creó por igual, así que no se creían superiores a ningún animal, solo creían que cada uno tenía una inteligencia diferente”.

¿Cómo era el paso a la adolescencia-juventud? (en el caso de niños y niñas, su virginidad y esa relación con madres y abuelas)

“Los niños, al no contar con años la edad, se los diferenciaba por las etapas en las que estaba pasando cada uno. En el caso de los niños eran vistos como futuros hombres cuando ya se les podía ver su vello púbico y a las niñas con su primera menstruación, allí comenzaba para ambos un exhaustivo aprendizaje para poder sobrevivir solos y buscar pareja. Los niños eran entrenados para conocer cada centímetro del monte, qué plantas eran buenas y las que no lo eran. A defenderse de ataques humanos y de animales. A hacer sus propias casas, a preparar armas y saber utilizarlas con destreza. En el caso de los niños, para pasar de adolescente a hombre, tenían un ritual de iniciación que era además el de tener todos los conocimientos para vivir solo, debía cazar un yaguareté con sus propias manos, sin ayuda de nadie. Si el adolescente lo lograba y traía el animal muerto ante su pueblo, ya era considerado un hombre y podía buscar pareja. En el caso de las niñas también eran entrenadas para cazar, sobrevivir en el monte y hasta para parir sus hijos ya que de pequeñas las hacían participar en los partos para que fueran aprendiendo. Y su paso de adolescente a mujer era muy diferente al de los hombres, como por costumbre no se lastimaba a las mujeres, estas niñas para ser reconocidas como mujeres en su pueblo eran desfloradas por su madre, en una ceremonia donde sólo podían participar las mujeres y allí con un falo del árbol de curupí (Sapium haematospermum) era desflorada y ya era considerada una mujer lista para enfrentar la vida. Se elegía este tipo de árbol, que es lactífero, porque creían que esto propiciaría que la futura madre tuviera abundante leche para amamantar a sus hijos”.

La relación con el agua, el primer encuentro sexual de una pareja

“El agua, “atá”, era la sangre de la madre tierra, creían que tener su primera relación sexual como pareja, era lo que los “piraé” ataba. Un ritual que los convertía en pareja de por vida. Además tener relaciones sexuales en el agua era muy importante porque si los hijos eran concebidos en estas circunstancias serían buenos nadadores y nunca se ahogarían”.

¿Eran endogámicos?

“Si, lo eran. Los matrimonios solo podían darse entre personas de ascendencia común”.

¿Cuál era la relación con los chanás-mbeguás?

“Los Chaná eran chaná y los Mbeguá eran de otra etnia. Era un pueblo de servicio de los chaná. Las leyes de los Mbegúa les prohibían la lucha entre ellos u otros pueblos. Por lo tanto, si los atacaban, se dejaban matar. Por esto hacen una alianza con el pueblo chaná a cambio de su servicio. Los chaná, que eran muy guerreros, los protegerían de cualquier ataque. Debían vivir a una determinada distancia del pueblo chaná que los protegía y no podían entrar al poblado chaná a menos que éstos los invitaran o los llamaran para que les “hicieran” música en algún festejo. La distancia a la que debían estar era a la del ladrido de un perro (que se escuchara a lo lejos obviamente) y los Mbegúa debían estar a disposición de los chaná cuando fuera necesario ya que los chaná los defendían de los ataques. En el centro de cada pueblo Mbeguá había un gran tronco hueco que hacían sonar si se veían amenazados y los chaná, siempre listos para el combate, iban en su auxilio”.

¿Tenían consejos de ancianos?

“Claro que sí. Se lo llamaba “Taparí ug tató tá” (Consejo de hombres superiores). Estos hombres eran los encargados de velar por la seguridad del pueblo, quienes hacían cumplir sus leyes y protegían a todos. Siempre eran de las familias llamadas superiores, rango que tenían por ser quienes guardaban entre sus mujeres toda la memoria de su pueblo. Para la toma de decisiones importantes se reunían estos hombres siempre en números impares de personas, ya que, si no lograban ponerse de acuerdo, debían llamar a la “Adá oyé ndén” Mujer Guarda Memoria, quien tenía la última palabra y no se discutía su decisión”.

¿Ciertamente andaban desnudos o casi desnudos? ¿En los inviernos?

“Recordemos que ellos venían bajando por el continente americano de norte a sur. Antiguamente el clima no era como el actual, los inviernos no eran tan crudos, además las personas que nacen y mueren a la intemperie se acostumbran al clima de la zona. Tenían sus ropas para rituales y otras que utilizaban cuando iban a entrar en las aguas estancadas ya que sabían de un parásito que podía esconderse en la parte de los genitales y causarles mucho dolor, para esto se ponían una especie de protector “ltomí” hecho de las fibras de la planta llamada ortiga. Andaban desnudos porque decían que Tijuiném los había creado así, que si hubiera querido cubrir sus cuerpos les hubiera puesto plumas o pelaje”.

¿Qué pasaba cuando crecía en número una población chaná?

“La regla general era abandonar el lugar de residencia y buscar uno nuevo para dejar descansar la tierra. Eran clanes familiares muy grandes y se iban desmembrando a medida que notaban que en el entorno comenzaba a escasear una planta u animal que consumían”.

¿Cortaban o mataban un árbol? ¿Realizaban alguna ceremonia?

“Los chaná no hablaban de cortar ni talar. Ellos decían matar porque era algo vivo. Un árbol representaba un hijo de la Madre Tierra. Por lo tanto “talarlo” significaba que ese árbol no estaría vivo sino muerto. Tenían una ceremonia ya que los chaná no mataban un árbol por que sí nada más, siempre era para darle una utilidad como por ejemplo hacer canoas para navegar los ríos y arroyos. La ceremonia era la siguiente: “Madre Tierra, con mucho respeto te pido que no castigues a tu hijo que necesita matar el árbol para hacer una canoa con su fuerte tronco y con sus ramas cocinar nuestra comida”.